Ya en el hotel, descansando y decidiendo si ir o no ir a la Piazza del Popolo, se produjo otro momentazo mágico. Estábamos planificando e informando a los alumnos sobre el programa del día siguiente. Comenzamos a explicarles que estaba prevista la visita al Vaticano y les indicábamos los horarios de desayuno, salida etc. Mª. Inés de Gomar, en plan Maruja, con sus dos deditos al lado de la boca y moviendo reiteradamente la cabeza de un lado a otro soltó una nueva perla:
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